HISTORIA DEL BELÉN Y ALGUNAS CURIOSIDADES
Se sabe, que los primeros cristianos, representaron el nacimiento de Cristo en las catacumbas romanas de Priscila, en el S.II, donde se halla pintada por primera vez, una escena de María la madre de Jesús, sosteniendo a su Hijo en brazos, y a su lado está el profeta Isaías que apunta con su dedo hacia una estrella.
En el año de 1223, en una gruta cercana a la ermita del pueblo de Greccio (en el centro de Italia),
cuenta la historia, que se montó el primer belén para celebrar la Navidad. San Francisco de Asís (fundador de los franciscanos y también de las hermanas de la Caridad), tuvo la novedosa idea de representar allí el nacimiento de Cristo.
El propietario de la gruta, era un tal Juan de Grecio, que ayudó a San Francisco de Asís en la preparación una vez obtenido el permiso del Papa Honorio III. Pusieron un altar encima de lo que sería el pesebre, pondrían el pesebre, acondicionarían todo para recibir a la gente, etc.
Cuando lo tuvieron todo preparado, nueve días antes de Navidad, es decir, el 16 de diciembre, convocaron en el lugar a todo el pueblo para la celebración de una misa.
Fué una misa nocturna. Hacía mucho frío esa noche. La idea de San Francisco era dar a conocer a las gentes la humildad en la que nació El Salvador. Había animales de verdad dentro de la cueva, tal vez una mula, un buey, ovejas... haciendo con su calor, más soportable el frío de la cueva.
San José y María, estaban representados por personas, pero el niño, debido al frío, fue sustituido por un muñeco. Cuando San Francisco bajó del altar para alzar al niño y mostrarlo al pueblo, Juan de Grecio cuenta que al tenerlo en alto, siendo un muñeco, le olló llorar.
El pueblo quedó muy impactado por la experiencia, y a partir de entonces, el belén empezaría a ser plantado en las iglesias cuando llegaba la Navidad.
¿Sabias que el primer pesebre o belén realizado por encargo data de 1289? Lo realizó Arnolfo di Cambio para el Papa Nicolás IV, y consta de María con el Niñó en brazos, San José, el buey y el burro, y tres figuras adorando que pueden ser los tres Magos de Oriente.
Este Belén tan antiguo se encuentra en Santa María la Maggiore, en Roma. Nosotros fuímos a verlo en 2019, pero había otras figuras en su lugar (se ven con cierta dificultad), preguntamos y nos dijeron que las originales las habían llevado por seguridad a los Museos Vaticanos (nos pareció entender que tal vez las están restaurando).
En el siglo XIV, serían los Franciscanos los que utilizarían el Pesebre en su evangelización. Esta tradición del belén empezó a arraigar primero en las misas, las iglesias, las Ordenes, toda Italia...más tarde en la aristocracia de toda Europa, y al final se hizo popular, llegando a todos los hogares.
El agrado del Belén fué tal, que ya en 1465 se fundó en París la primera fábrica de figuras del Belén. Y en 1471 se creó el primer taller de figuras en España, esto fué en Alcorcón. Más tarde siguieron la República de Siena, Lisboa y Barcelona, pues esta representación iba ganando cada vez más aceptación. En el siglo XVIII, todavía era un tradición a la que podían acceder solamente los aristócratas de la época.
El primer pesebre o nacimiento articulado, fue construido por los jesuitas de Munich en 1605.
El primer pesebre o nacimiento privado fue propiedad de la duquesa de Almansi, Constanza Piccolomini, y en 1567 fue inventariado en 2 baules con 116 figuras.
Eln el S. XVIII, las estatuas se hicieron más pequeñas. Los personajes eran realizados con estructuras de hierro cubiertas de telas, cabezas de terracota, ojos de cristal y extremidades de madera.
Se representaba con verdadero realismo el ambiente de la comunidad: las tabernas eran rociadas con vino para darles su olor característico, por ejemplo.
Los franciscanos bávaros colocaban trozos de cerdo humenate en los platos de los convidados al reperesentar la escena de las Bodas de Canaá.
A finales de este siglo, los nacimientos se colocaban en los conventos y también en las cortes, los belenes de las cortes representaban las costumbres burguesas y aristocráticas con muchos detalles.
Fue Carlos de Borbón, rey de Nápoles, quién construyó una sala especial en el palacio de Caserta, donde instaló un belén o pesebre monumental y permitió que el pueblo lo visitara, dando así un importante impulso a la costumbre belemística.
En España, fue el rey Carlos III quién creó para sus hijos, el príncipe de Asturias y el infante don Gabriel, el Belén del Príncipe con figuras traídas de Napoles. Al morir su padre, su hijo Carlos IV continúa la tradición. Este belén llegó atener 5.950 piezas, de las que tan solo han llegado a nuestros dias 89, actualmente exhibidas por el Patrimonio Nacional.
Otros belenes españoles del S. XVIII son: el Belén Napolitano del Museo de Escultura de Valladolid. El Nacimiento de la colección March de Palma de Mallorca. Y el Belén del Marqués de Riquelme, encargado a Francisco Salzillo, con más de 900 figuras y conservado en el Museo Salzillo de Murcia.
Belenes en los hogares españoles:
Los belenes llegaron a los hogares españoles en el s. XIX, en la época romántica, realizados con pequeñas figuras de barro. Existían los belenes "de fino" que se adquirían por encargo de las clases acomodadas, iglesias o conventos, y eran figuras grandes de calidad. Y por supuesto, existían también los belenes "de vasto" que se compraban en tiendas y mercadillos.
En el s. XX ganan terreno las figuras de Olot, en la provincia de Girona, que eran de pasta de madera y de apariencia histórico-oriental.
Los belenes llegaron al continente americano entre los siglos XV y XVI, con los frailes que allí fueron.
La primera Navidad que se celebró en América fue en la actual isla de Haití y República Dominicana, el 25 de diciembre de 1492, por la llegada a esas costas de los españoles.
Sin embargo, la primera Navidad registrada oficialmente en América, sucedió en 1526 y fue celebrada por fray Pedro de Gante, con indígenas mexicanos, a los qué vistió de ángeles y cantaron villancicos.
Las imágenes para los pesebres se realizaban en España y eran transportadas a las américas. El belén americano, surge como tal en el s. XVIII.
San José, La Virgen y el Niño, aparecen solos en los Evangelios. El burro y el buey son fruto de los evangelios apócrifos y del libro de Isaías o del Habacuc.
Poco a poco hemos ido adaptando nuevas figuras y escenas al belén, espaciando el nacimiento de Cristo, es decir, desde la Anunciación del Ángel a María, nueve meses antes, hasta la huida a Egipto, pasando por muchos más Misterios. En Alemania por ejemplo, se representa todo, hasta la Resurrección.
También hemos adaptado figuras en el Pesebre que en aquel entonces no existían en Palestina. ¿Sabías por ejemplo que el pavo es originario del continente americano, al igual que la pitera o la chumbera?
Por tradición, el Belén se monta el día de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) y se destruye o desarma, el día 2 de febrero o de La Candelaria.
Los Reyes Magos son representados en la lejanía, sobre sus camellos, o en las puertas del pueblo, y también por tradición, el día de La Epifanía (6 de nero), son cambiados por otros que están adorando y se colocan a los pies del Niño Jesús.
El Pesebre suele ser una representación geográfica que puede ser inventada, poniendo cada uno las montañas , el rio, etc.. a su gusto, o bien una representación más o menos fiel del lugar donde vives, con paisajes y casas típicos de la zona.
En fín, veis como en el belén todo cabe y todo se acepta, porque la figura central del mismo y su mensaje no se alteran nunca desde aquel año de 1223, es decir, La Sagrada Familia, en su cueva o establo, con buey y la mula, o sin ellos, siguen siendo los protagonistas principales, como lo fueron en aquel hermoso y lejano día, teniendo siempre en nuestros belenes "un rincón" preferente.
Artesanias Llacor os desea Feliz Navidad.